La instrucción de proveedores de atención médica (PAM), de personas que corren el riesgo de padecer trastornos de la coagulación y de la población en general ha sido clave para el éxito de muchos de estos programas. Peter Noun explicó la manera en la que programas integrales, administrados en 20 centros rurales en Líbano, han instruido a PAM a fin de concientizarlos sobre el trastorno y darles herramientas para reconocer, diagnosticar y proporcionar tratamiento a mujeres con EvW en zonas rurales. El establecimiento de equipos multidisciplinarios usando laboratorios locales, y la creación de conciencia sobre el programa a través de los medios locales también han sido indispensables para el éxito del programa.
Amy Griffith, embajadora de Code Rouge ‒organización que apoya a mujeres con trastornos de la coagulación‒ explicó que el programa de difusión sobre la EvW en Canadá ha dado, en sus palabras, “un rostro a una enfermedad que muchas personas en realidad no entendían”. Code Rouge ha estado trabajando a fin de atender las lagunas en la conversación, las necesidades de las personas con el trastorno, y la concientización de la comunidad médica y la población en general. Amy Griffith afirmó que las personas con EvW son “expertas en su propia enfermedad” y Peter Noun agregó que es muy importante que los médicos escuchen a la persona que padece un trastorno de la coagulación.
En Guadalajara, México, PAM, gobierno y asociaciones de hemofilia se unieron a fin de establecer un centro para el diagnóstico y tratamiento integral de la EvW. El programa colabora actualmente con una institución estadounidense para dilucidar el vínculo entre las características de la EvW y las anormalidades genéticas que subyacen al trastorno, explicó Ana Rebeca Jaloma.
Magdy El Ekiaby comentó que, en Egipto, “concientizar a PAM, pacientes y sus familiares podría generar más referencias y por ende a más diagnósticos”. Explicó que el éxito de los programas en Alejandría y El Cairo se debe a dos aspectos: el primero fue instruir a PAM para asegurarse de que proporcionaran resultados oportunos y supieran a dónde referir a los pacientes, y el segundo fue instruir a las familias para que superaran las barreras relacionadas con los trastornos de la coagulación.