Muchos países en vías de desarrollo enfrentan desafíos para proporcionar apoyo adecuado a sus comunidades que padecen trastornos de la coagulación. Esto es particularmente cierto en Uganda, un país que no solamente tiene problemas de acceso a la atención, sino también con creencias generalizadas que no necesariamente tienen bases médicas sólidas.
En Uganda, una idea ampliamente difundida es que muchas enfermedades infantiles comunes son causadas por los dientes de leche o primarios, coloquialmente conocidos como “dientes falsos”. Muchos padres llevan a sus hijos enfermos a curanderos tradicionales, quienes a menudo les extraen los dientes primarios mediante métodos poco seguros a fin de “curar” un padecimiento. El resultado de esta práctica es una elevada tasa de mortalidad infantil entre la población en general, y todavía mayor entre la comunidad de trastornos de la coagulación.
Helen Adongo, residente del distrito de Kole, en Uganda, recuerda cuando su hija llevó a su bebé de seis meses de edad a un curandero para que le extrajera los “dientes falsos”. El bebé sangró profusamente durante el procedimiento y murió. El segundo hijo de su hija murió de manera similar. La familia eligió no llevar al tercer hijo a que le extrajeran los “dientes falsos”; no obstante, conforme crecía, cualquier lesión leve le causaba una hemorragia grave. Ese niño se encuentra ahora sano después de haber sido referido al Hospital Mulago, donde lo sometieron a análisis para detectar si padecía hemofilia.
Komakech Lawrence, joven diagnosticado con un trastorno de la coagulación, recuerda que antes de ser diagnosticado sus síntomas algunas veces eran vistos como resultado de la brujería. En una ocasión, cuando tenía inflamada una articulación, siguiendo el aviso de gente del lugar, lo llevaron a la iglesia en lugar de al hospital. Cuando su estado continuó empeorando finalmente lo llevaron a una clínica para recibir atención. Durante mucho tiempo su mamá siguió sospechando que se trataba de brujería, antes de aceptar por fin los consejos del equipo médico. Actualmente, Lawrence se encuentra bien.